SEGUNDA PARTE

 

LAS IDEAS ARGENTINAS SOBRE SU POBLACIÓN Y

SU PUEBLO (1930-1950)

 

La segunda parte se titula de esta forma con el objeto de volver al planteo realizado en el primer capítulo en tanto las ideas que se desarrollan a continuación, no pretenden ser un aporte a la disciplina demográfica, sino una propuesta política para lograr el crecimiento de la población argentina. Aunque no hubo un plan conciente que se lograra plasmar efectivamente y que reconociera estas ideas como fundamento del plan político, sí existe una recepción en la legislación posterior. No obstante, aunque se señalarán algunas proyecciones legislativas que logran cristalizarse, no es éste el objeto de análisis, sino las ideas previas a la posible acción política. Las idealizaciones que estructuraban la mente de los autores cuando observaban la población argentina, yuxtaponiendo lo cuantitativo con lo cualitativo.

            Se asemeja a los estudios sobre las mentalidades1, en tanto se tendrá en cuenta la conciencia que tienen del "ambiente" demográfico que observan, pero no corresponde, estrictamente darle ese enfoque metodológico, porque si bien, se indagará sobre algunos de los factores que hacen a la conciencia colectiva que motiva a los autores, no se indagan todos, sino solamente los que interesan a sus análisis demográficos.


Más que una mentalidad, los autores asumen como propias, las mismas idealizaciones que se mencionaron en las teorías demográficas. Por esa razón, se califican las ideas demográficas argentinas como una propuesta: poblacionista, elitista, europeizante y racista. El interés es demostrar que fijan las premisas de su pensamiento, en esas idealizaciones o preconceptos ideológicos de las teorías extranjeras, más que en datos y cifras que demuestren sus aseveraciones.      

En todos los autores subyacen esas ideas, con muy pocas excepciones, se distinguen por el mayor o menor hincapié que hacen de lo que ellos entienden como factores o causas, del crecimiento o decrecimiento vegetativo. Así, una corriente importante explicará la conducta generativa del hombre argentino apoyándose en las teorías de Dubleday, Sadler, Nitti, Thompson y todas aquellas teorías que destaquen los factores culturales, sociales, conductuales. Es decir, los que se centran en los sistemas políticos y sociales, con una gran dosis y mezcla de racismo. Otra corriente, sin descuidar las ideas anteriores, se adscribirá preferentemente a las teorías biológicas, dejando en un plano inferior a las culturales, sociales y políticas. Y todos combinan ambos enfoques y lo subordinan al plano económico, es decir, al determinismo económico. O justifican sus preferencias por determinados grupos migratorios, a esas mismas especulaciones culturales, biológicas, políticas que atribuyen a algunas naciones y no a otras. Pero este aspecto será tratado fundamentalmente en la Tercera Parte.


 

 

CAPÍTULO V

AUTORES Y OBRAS EN SU MARCO HISTÓRICO

 

I. CARACTERES GENERALES Y FORMALES

 

No es el objeto de este estudio, hacer biografías y destacar o criticar las personalidades de los autores-fuentes del mismo. No se particularizará ni personaliza­rán las ideas. Se entiende, que las glosas que se realicen individualizando a su autor, tienen por objeto hacer comprensible esta historia de las ideas. Tiende a buscar, en esas transcripciones, lo que tienen de común con las grandes corrientes del pensamien­to mundial y argentino, lo que las distingue, por retrogradarse al pasado o, por anticiparse al futuro. Se diluiría el objeto de estudio, si se concentra la atención en las personas y en su producción intelectual, con prejuicios o idealizaciones, y no en el objeto mismo de este trabajo que son las ideas sobre la población y el pueblo argentino.


Tal como dice Botana refiriéndose a otro momento histórico (1880) hay historiadores que buscan en esa fecha "las discontinuidades o los cambios bruscos. Otros, en cambio, observarán cómo la discontinuidad en las relaciones de poder puede desplegarse sobre una continuidad más profunda que expresa creencias e intereses sociales"2. Ese es el quid de este trabajo, mostrar esa continuidad profunda, esas creencias. Y, sin caer en algún determinismo colectivista, como diría Pérez Amuchástegui, demostrar si existe una constante en los autores, que indique si determinadas ideologías, filiaciones partidarias, estudios profesionales, ocupaciones laborales, situaciones políticas, los agrupa de modo tal que se pueda concluir que tal o cual filiación, profesión, ocupación es lo que los lleva a dedicarse a estudiar el tema poblacional argentino y a proponer soluciones diferenciales o similares. La idea es probar dos aseveraciones que se hicieron: una, que hay una gran unidad más allá de las diferencias de otro orden que puedan tener los autores. La otra, es comprobar, lo que se estima haber dejado asentado en el comienzo de esta obra (ver 1ra. Parte, Cap. I), que estrictamente no son análisis demográficos entendidos como demografía pura, son análisis demopolíticos, demológicos que tienen por objeto de estudio el pueblo y no la población y, por lo tanto, no hay una especialización determinada en ningún autor, sino que desde distintas vertientes disciplinarias, ocupacionales e ideológicas abordan el problema, idealizando las soluciones.

Los autores actúan dentro de un marco histórico nacional e internacional peculiar. Lo es, por las grandes transformaciones ideológicas, políticas, sociales, poblacionales que el período de entre guerras y de guerras mundiales produce en el orden internacional y sus repercusiones en la Argentina. Por ello, aunque sea en forma cronológica, se hará mención del momento y cambios producidos en el período, conectándolos a las filiaciones de los autores.          

 

A. Autores en su marco histórico

 

Entre 1930-1950, el orden internacional político y económico está conmovido por: a) la aparición de fuertes ideologías: comunismo, fascismo, falangismo, nacionalsocialismo. b) Por la crisis económica originada en la quiebra de la Bolsa de Wall Street. c) Por el fin del Estado liberal y el comienzo del Estado empresario, interventor, director de la economía. d) Por los prolegómenos de la Segunda Guerra y por la guerra misma. e) Es el momento del fracaso de la Liga de las Naciones como primer ensayo de un organismo transnacional y el comienzo de la organización de las naciones en la ONU, en la OEA, el COMECÓN, la OTAN, los primeros acercamien­tos para constituir la Comunidad Económica Europea (1957). f) Con estos organismos, comienza la guerra fría, con la consolidación de la U.R.S.S. y de los EE.UU. como potencias mundiales.

El aspecto internacional, ejerce una gran influencia sobre la política interna argentina y en las corrientes migratorias hacia la Argentina. En este tema interesa puntualizar algunos aspectos de la política interna y, en la tercera parte, mencionar las reformulaciones del mapa europeo y los efectos de la crisis económica en la modificaciones de los flujos migratorios.

 

1. El marco histórico argentino en el que actúan los autores

 

La crónica política argentina desde 1930 a 1950 transcurre entre el fin de la presidencia de Hipólito Yrigoyen y la primera presidencia de Juan Domingo Perón.

Yrigoyen fue derrocado en 1930, por el golpe de Estado, protagonizado por militares que llevaron a la presidencia al Gral. José Evaristo Uriburu. En 1932, a través de elecciones, con la abstención del radicalismo, al Gral. Agustín P. Justo y como vicepresidente a Julio A. Roca (h). En 1938 fue electo presidente Roberto M. Ortiz y Ramón S. Castillo, como vice. A mediados de 1940 asume la presidencia Castillo, por la enfermedad, primero, y la muerte, después, de Ortiz. En 1943, un segundo golpe de Estado, protagonizado nuevamente por militares, derroca a Castillo y lleva a la presidencia, entre 1943 y 1945, sucesivamente a los generales: Arturo Rawson, Pedro Ramírez y Edelmiro J. Farrel. En 1946, sin abstenciones de ningún partido, ni proscripciones, fue electo presidente el Cnel. Juan D. Perón, el que fue ascendido a General una semana antes de asumir. Durante su primer mandato se reformó la Constitución Nacional.

            Deliberadamente se han mencionado los sucesivos gobiernos del período sin ningún comentario, salvo las condiciones en que asumen el poder si es por golpe de Estado o elección, o si habían participado todos los partidos políticos. El objetivo de encarar el marco histórico así, es dejar la interpretación, caracterización y filiaciones de los gobiernos, grupos o personas que participaron en ese tiempo, a la historiografía que, ya los aborde desde la faz política, económica, ideológica, sociológica, siempre se interesa por distinguir el grado de pertenencia de grupos o determinadas personas a las ideologías vigentes en Europa. Mientras que, como se dijo, este estudio, pretende demostrar que cuando el objeto de análisis es la población argentina, sobresale la coincidencia de los autores, aún con pertenencias políticas, confesionales, intelectuales distintas y, por ende, la dificultad de filiarlos ideológicamente en forma diferencial.


Tras ese objetivo, cabe destacar que en este capítulo se analiza a los autores3 por sus ideologías, marco ontológico, filiaciones confesionales, político-partidista, ocupaciones profesionales, según las caracterizaciones dadas por la historiografía. En el resto de los capítulos se señalarán las creencias e intereses comunes, no tanto las diferencias. En este sentido los agrupamientos son distintos.

 

a. Filiación política de los autores

Entre los autores fuente de este trabajo, dieciocho de ellos se constató habían sido legisladores o habían desempeñado importantes funciones públicas en distintos momentos políticos de la Argentina. Por ello, provenían de diferentes vertientes políticas. Los había conservadores, socialistas, demócratas progresistas, radicales, peronistas4.

            En la línea del conservadorismo se pueden ubicar a: Tomás Amadeo, diputado de la provincia de Buenos Aires en 1909; Juan Cafferata, que lo fue en Córdoba en 1915 y nacional en 1922-24; Francisco Casiello, Diputado Nacional en 1934; Ricardo Foster fue diputado provincial por Santa Fe 1934-35, y ministro de instrucción pública de la misma provincia en los dos años siguientes. Se los considera conservadores, simplemente por los años en que actúan como políticos, no por lo que la ciencia política (Burke, Tierno Galván)5 caracteriza como conservador, apuntando al término medio entre el reaccionario y el revolucionario.

La historiografía ha caracterizado como "conservadores" a los gobiernos anteriores a 1916 y los posteriores a 1930 hasta 1943. Aunque no es sencillo encasillar a distintos autores en esta línea, dada la complejidad y actuación de los distintos grupos políticos después de 1930. Para José Luis Romero, el "régimen democrático" de Yrigoyen, había sido abatido por "fuerzas conservadoras teñidas de nacionalismo y fascismo" y que había "sectores del radicalismo con arrestos antimperialistas que se relacionaban estrechamente con una política nacionalista". Con Justo había comenzado una "era de ficción democrática". Castillo, "de neta extracción conservadora... no llegaba a ocultar la simpatía que sectores allegados al régimen sentían por la Alemania nazi"6.

Rouquié, por su parte dirá que Uriburu se había rodeado "de conservadores de la época de Roque Sáenz Peña", que el vicepresidente "Enrique Santamaría era dirigente del Partido Conservador". Y que "el ala derecha del Partido de Juan B. Justo (el socialismo) se escindió para fundar el P.Socialista Independiente...se encuentran hijos de familias conservadoras, Bunge, Pinedo, González Iramain"7. Ciria, en sentido similar, dirá que la línea de Uriburu está "vinculada muy directamente con la agitación nacionalista ... son admiradores de Mussolini y Primo de Rivera, conocen a Maurras..." Justo, "fomenta el retorno a un liberalismo conservador"8.

Lo cierto es que en los años 30, el poder hegemónico lo tenía la llamada "Concordancia"9, nombre que hace referencia a la alianza del conservadorismo, con el nombre de Partido Demócrata Nacional, el radicalismo antipersonalista y el socialismo independiente. Políticamente contradictor del radicalismo yrigoyenista, verdadera fuerza opositora en los primeros años, pero sin participación activa, dada la abstención a que se había impuesto el partido ante la anulación de las candidaturas de Alvear-Güemes, presentadas para la elección de presidente. En el Congreso Nacional, la Concordancia se enfrentaba, en un principio, a los socialistas y demócratas progresistas unidos por Enrique Dickman, según Puiggros, "alma mater de la alianza"10. Después, se le agrega a la oposición, el radicalismo.    

Los autores ubicados en estas tres últimas fuerzas políticas son: Como demócratas progresistas: Pio I. Monteagudo y Juan José Díaz Arana. Dentro del radicalismo actuaban: Víctor Guillot, yrigoyenista, diputado nacional en 1939. Bernardino Horne, del Movimiento de Integración y Renovación radical, fue diputado nacional entre 1936-40. Se pueden vincular a este partido, por su actuación en los años del radicalismo a: Carlos Bernaldo de Quirós, diputado a la Legislatura riojana en 1927-28; Carlos J. Rodríguez y Miguel Sussini, diputados nacionales entre 1926-27; Taboada y Seguí, secretario de la gobernación de Mendoza 1929-30; López Imizcoz, subsecretario y ministro de Hacienda en la intervención de Santiago del Estero, 1924. Entre los socialistas, dos importantes figuras: Enrique Dickman, Diputado Nacional entre 1914 a 1943, interrumpido solamente por los avatares lógicos de la historia política argentina y Alfredo L. Palacios, primer diputado nacional de este partido en 1904 y luego senador entre 1932-43. Ricardo Ortiz, era comunista.

Al final de la década, el Partido Demócrata Nacional se enfrenta además, a un radicalismo electoralmente poderoso pero debilitado por las divisiones que enfrentaban a la conducción de Alvear.


Según Puiggros, quien caracteriza los opositores al conservadorismo, estaban dentro del "democratismo liberal burgués y pequeño burgués de los demócratas progresistas y socialistas, y los soviets de obreros y campesinos de los comunistas, enfilados en su heterogénea totalidad a arrancar el yrigoyenismo del corazón del pueblo, coadyuvaron a la táctica conspirativa que dio sus frutos el 6 de septiembre de 1930". Y más adelante: "todos hablaban en nombre del PUEBLO: conservadores, radicales antipersonalistas, demócratas progresistas, socialistas, socialistas indepen­dientes, comunistas"11. Desde una perspectiva diferente de la de Puiggros, el sacerdote jesuita, Leonardo Castellani, decía: "el fondo común de los tres (conservadores, radicales y socialistas) es el liberalismo del siglo pasado"12. Es decir, tanto uno ubicado a la izquierda del peronismo, como el otro a la derecha, coinciden en ver un basamento común, ya sea para uno, el democratismo burgués o para otro, el liberalismo del siglo pasado lo que unía a los grupos políticos actuantes en la década, lo cierto es que esta caracterización, puede ser la explicación de propuestas poblacionistas comunes a todos ellos.

Para Elena Piñeiro, ésta "era la década del nacionalismo", y nombra en su libro a tres autores objeto de este trabajo: Alejandro Bunge, Manuel Gálvez, Carlos A. Erro, que adherían a uno o varios postulados de nacionalistas de renombre como Irazusta, Ernesto Palacio, Scalabrini Ortiz, Jauretche. De la izquierda socialista dice Piñeiro: "intentaban establecer la compatibilidad del socialismo con las ideas de reivindicación nacional"13. Nacionalismo que, en opinión de Romero, tenía como idea más importante "la de que el Estado constituía el único mecanismo capaz de obrar rápidamente frente a la hibridación espiritual derivados de la afluencia de inmigrantes de distintos orígenes. Pareció necesario conservar la tradición hispanocriolla, amenazada (entre otros factores por) el comunismo"14.

Ya entrada la década de los años 40, producido el golpe de 1943, esos opositores políticos sellarán una nueva alianza (la Unión Democrática), entre radicales, socialistas, demócratas progresistas y comunistas para enfrentar al peronismo, contando con el aval de los antiguos miembros del Partido Demócrata Nacional. Peronismo que, a su vez, se había conformado con radicales de la Junta Renovadora y de FORJA, con grupos nacionalistas católicos, con católicos simplemen­te y sobre todo con importantes representantes de gremios y sindicatos. Piñeiro coincide con Buchrucker en que "el peronismo es un movimiento ecléctico que presenta rasgos y distintas corrientes ideológicas y se puede definir como "populismo autoritario"15. En cambio, para Romero, Perón "sedujo a sectores cada vez más numerosos de la población obrera (y) comenzó una dictadura de masas que cambió radicalmente la fisonomía del país... Una fuerte intervención del Estado en todas las actividades, caracterizó el período de los diez años ...desde que el general Perón subió al poder..."16. Para Scalabrini Ortiz: "Era el subsuelo de la patria sublevada. Era el cimiento básico de la nación que asomaba...Era el substrato de nuestra idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas. Era el de nadie y el sin nada en una multiplici­dad casi infinita de gamas y matices humanos..."17. También fue calificado de nazi-fascista, totalitario por el Secretario de Estado de los EE.UU. y por la izquierda nacional.

Se podría seguir dando las caracterizaciones que dio al peronismo la inmensa bibliografía extranjera o nacional que lo reseña. Pero no es el caso extenderse en las distintas opiniones sobre el mismo, sino señalar que dentro de esta posición política estaban: Carlos Correa Avila que fue asesor económico en el Ministerio de Industria y Comercio 1946-55 y director general de comercio exterior 1952-55 y Emilio LLorens que fue Director de Economía Política Industrial de la Nación (1944-47) y consultor económico en 1952-53.

            Cabe destacar, finalmente, tres aspectos que señalan Rouquié y Puiggrós y, en general toda la historiografía del período: las ideologías con las que se rotula determinados gobiernos o grupos, el papel del Estado y los sectores sociales beneficiados con la política seguida por los distintos gobiernos.

El primero considera que no existe una filiación exacta entre el nacionalismo argentino con el fascismo, por cuanto no es racista, y porque temas "francamente fascistas como Estado y potencial demográficos son apenas percibidos". Páginas después, que la política económica de los años 30 era "clasista" y con cita de Zymelman y di Tella, que "toda la economía argentina fue sacrificada para mantener el status de la clase dirigente", por cuanto "este sector económicamente dominante tiende a coincidir socialmente con la élite establecida que se encuentra políticamente representada por la Concordancia"18.

Por su parte, Puiggrós, titula el capítulo I, de su obra, "La etapa europeística", en la que "Spengler y Toynbee se sienten atrapados y angustiados por una civilización que prosigue sus colosales conquistas en el campo de las ciencias físico-naturales, pero que no puede dar de sí misma un ser superior al hombre histórico que conocemos. Están alienados a la europeística y es esa precisamente la alienación que nosotros los de la periferia, debemos negar dialécticamente para realizarnos más allá de la herencia humana que hemos recibido"19.

Ambos desarrollan aspectos que se analizarán en capítulos especiales: el estatismo, el elitismo, el racismo, el europeísmo, como se demostrará en ellos, ninguna de esas tendencias es privativa de un sector ideológico o político, por más que la historiografía se haya preocupado de atribuirle dichas posiciones a determinados sectores y no a todos. Más bien, es como dice Carr Saunders, "porque la política demográfica de Alemania e Italia haya atraído mucha atención, se piensa que las medidas de esta especie van particularmente asociadas a regímenes dictatoriales. Pero hay otros dos países con política demográfica, Francia y Bélgica, y son democracias. La opinión sueca se encuentra también profundamente turbada con la tendencia de la fertilidad; ya se discuten medidas y es sólo cuestión de tiempo la adopción de una política definida"20. Este es el verdadero asunto, porque todos los autores están interesados en acrecentar la población argentina, fortalecer la "raza argentina", darle mayores atributos al Estado. Además, no hay autores que piensen con un pluralismo tal que no quede algún sector excluido. En todos sobresale también el elitismo. Y no por todo eso, corresponde rotularlos de fascistas.  

 

b. Los autores católicos

 

Mons. Gustavo Franceschi es la figura más importante de este grupo. Aunque hay otros nombres importantes en las filas del catolicismo argentino de los años 30 y 40 en sus diferentes matices y se destacan por su compromiso y activa participación en instituciones católicas surgidas en esos años y son: Rómulo y Tomás Amadeo, Juan F. Cafferata, Francisco Casiello, Alejandro E. Bunge, Manuel Gálvez. Destacados porque o dictaban los Cursos de Cultura Católica, o porque como Cafferata habían recibido el título honorífico concedido por la Santa Sede, de caballero Gran Cruz de la Orden de San Silvestre y Cruz Pro Ecclesia et Pontifice. O, porque en sus obras, como Casiello lo destacan expresamente. Gálvez, por ejemplo está sindicado como uno de los que formaba filas en el nacionalismo católico21.

Hay otro grupo, no mencionado en la historiografía especializada ni en los diccionarios biográficos, pero que manifiesta su confesionalidad por las fuentes que utilizan para abordar el problema poblacional, porque escribían también en las revistas católicas: "Criterio" y "Cátedra", y corresponde ubicarlos dentro del catolicismo. Tales son: Gino Arias, Eduardo Coghlan, Carlos Correa Avila, Barahona, E.Llorens, García Mata, Mac Donagh, Pio I. Monteagudo, Veniard Zubiaga22.

No es casual. Es concordante con el momento histórico del país y de la Iglesia en el mundo y en la Argentina que exige de sus fieles un mayor compromiso en la integración de la religión en todas las instancias de la vida social, como dice Caimari23. Alentados por la formación de la Acción Católica (ACA en 1931), el Congreso Eucarístico realizado en la Argentina en 1934 y las encíclicas de S.S.Pio XI, Casti Connubii (1930) y Quadragésimo Anno (1931). La población era uno de los temas centrales. Involucraba la vida, la muerte, la familia, el matrimonio, los pobres, los obreros, todos ellos temas caros a la Iglesia y a la política social que comenzaba a despertar.

La relación de los católicos con los nacionalistas es señalada, entre otros por Rouquié: "La extrema derecha "nacionalista" ya no se encuentra aislada, incluso en el interior del país. La renovación católica de los años treinta se efectúa en la Argentina bajo la advocación de la derecha autoritaria y antiliberal. La "reacción espiritualista" adquiere una dimensión política que se nutre en el pensamiento tradicionalista europeo, nucleándose en torno a la influyente revista Criterio de la Acción Católica fundada en 1928 y a los cursos de cultura católica organizados en 1932...". Insiste en que los temas xenófobos resultan atractivos para estos grupos24. En realidad, esta apreciación se relativiza también cuando se analiza la postura de católicos y no católicos respecto de la población. Un ejemplo demostrará lo relativo de esta aseveración.

Era proverbial la puja ideológica entre el socialismo y el catolicismo, enfrentados en el Congreso de la Nación, por ejemplo, en el tema del divorcio vincular, defendido ardorosamente por Enrique Dickman en 1932. Pero en 1934, ante el tema de la población, su par de partido en el Senado, Alfredo Palacios, defiende la familia numerosa, la alta natalidad, en un proyecto similar a los que habían presentado Casiello y Cafferata. Otra situación es cuando la revista católica "Criterio" critica acervamente al partido Demócrata Progresista, calificándolo de ateo y le abre sus páginas a Monteagudo que era de esa filiación política, pero católico.

Por lo tanto, las diferentes filiaciones políticas y religiosas, no son un elemento decisivo para caracterizar las ideas sobre la población argentina y distinguir grupos según ideas afines o disímiles con las ideologías vigentes en Europa.

 


c. Las profesiones y ocupaciones de los autores

 

Se indagó, entonces, si esa unidad o diferenciación, tenía sus raíces en la común o diferente actividad profesional, docente o laboral de los autores, pero tampoco este enfoque nos asegura el acierto, porque no hay una definición clara de que tales profesiones son más afines que otras. Al observar la dedicación profesional, de aquellos de los que se obtuvo los datos, vemos que existe una cierta relación no entre su título y el tema poblacional, sino más bien por su pertenencia a determinadas instituciones.

Los médicos, Araoz Alfaro, Cafferata, Dickman, Sussini, Adela Zauchinger, Germinal Rodríguez, Roberto Barahona, Paso, especializados en pediatría, psiquiatría, clínica o cirugía, evidentemente, estaban en contacto permanente con las enfermedades, debilidades y miserias humanas, pero más importante es su participación en instituciones de salud y de bien público25.

Los abogados predominan por su número, sobre todas las demás profesiones. Hasta 1910 los juristas, en general, vinculaban su profesión con la política, la literatura y otros temas, la cohorte generacional que le siguió, al decir de Tau Anzoátegui, afirmó "el quehacer del jurista como actividad exclusiva"26. No interesa ubicar a los autores según el método generacional de Ortega y Gasset, sugerido y aplicado por Perriaux, y Diego F. Pro27. No es posible totalmente. En primer término, respecto de los abogados se podrían contabilizar dos o tres generaciones, según la clasificación de Pro. En segundo lugar, porque si se sigue a Perriaux y se incorpora todo el espectro de autores, habrían cinco generaciones, por cuanto las fechas de nacimiento abarcan desde 1866 a 1907. Por último, porque hayan nacido o actuado en los años que fueren, a mediados o fines del siglo pasado o principios de éste, en lo que respecta al tema de la población, cualquier ciencia o explicación científica, venía bien.

Esas son las razones por la cual se considera más apropiado para responder a la pregunta que se hizo, averiguar cómo ejercían su profesión, en qué ramas del derecho y si tenían o no una especialización.

Lo más significativo es que varios combinaban el derecho con la economía política, o se recibían en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y se doctoraban en Ciencias Económicas, o eran profesores de economía política en la Facultad de Ciencias Económicas28.

Carlos Bernaldo de Quirós, por su parte, asociaba su título a la eugenesia jurídica y a la medicina social, asignaturas de las que era profesor, como miembro del Instituto de Biotipología. Otros, tienen una especialización más afín con su titulo profesional. Horne se dedicaba al derecho agrario, Palacios, como lógica consecuencia por su filiación socialista, al derecho del trabajo, otros al derecho internacional29.

Lo cierto es que, más allá de que tuvieran una especialidad jurídica, es su dedicación a instituciones, cátedras o actividades lo que los vincula directamente al tema poblacional. Es como un eclecticismo disciplinario, más que ideológico, que determina que se asocien abogados, economistas, contadores, biómetras como se les llamaba en esos años, ya sea con un interés jurídico-poblacional, político-poblacional, económico-poblacional, o socio-poblacional.


En las otras profesiones ocurre lo mismo. A Bunge se le denominaba economista o sociólogo y su título era ingeniero. Correa Ávila, en cambio ostenta, en sus datos biográficos, solamente el título de doctor en ciencias económicas, y era profesor de geografía política y economía. González Galé tenía el título de contador público, era profesor de matemáticas, dirigía el Instituto de Biometría en la Facultad de Ciencias Económicas, pero lo más importante es que trabajaba en una compañía de seguros de vida, igual que su colaboradora en el Instituto, Clotilde Bula y tal como a Quetelet y a Lotka ese trabajo los indujo a analizar la población, a ellos también.

Junto a ellos había doctores en ciencias naturales como Imbelloni y Mac Donagh, en estos casos se observa una ensambladura más afín entre sus estudios y sus escritos30.

Interesa destacar, para luego analizar el tema migratorio, que algunos de los que escriben eran de origen extranjero. Gino Arias, Gino Germani, Imbelloni y Pasquali eran italianos. Dieulefait, francés, González Galé, Belaúnde españoles y Dickman era judío y de Letonia. Sin contar aquéllos que no se tienen datos, pero que su apellido induce a pensar que podían ser también inmigrantes o al menos, hijos de ellos. Se anticipa así, lo que en el capítulo correspondiente se desarrolla más: que no es extraño que se sobrevalore a Europa cuando sus mismos emigrantes o sus hijos hablan de la inmigración en la Argentina.

En conclusión, desde todas las profesiones y disciplinas científicas, los autores abordan el tema demopolítico o demológico. No hay especialistas en demografía, por otra parte los autores que se reseñó en la primera parte, tampoco lo eran. Los pocos que se denominan estadígrafos, se limitan a hacer un estudio estrictamente demográfico, a exponer sus datos y correlaciones matemáticas, sin ninguna otra interpretación, salvo que matemáticamente la población en el futuro seguiría curvas de crecimiento determinadas.


Si para Tau Anzoátegui, respecto de la ciencia jurídica, y para Pro31, respecto de la epistemología de principios de siglo, a diferencia de lo que ocurre hoy, cada una de las disciplinas científicas, tenían límites precisos, campos de trabajo y métodos que los distinguía, la demografía de esa misma época en la Argentina, no los tenía. No tienen bien delimitado su campo de trabajo, es un abanico de intereses que expande el objeto de estudio a múltiples asuntos. Claro está, como se dijo en la primera parte, la población es un tema omnicomprensivo y objeto de análisis de múltiples disciplinas, sobre todo sociales, porque todas están centradas en el hombre: individual o colectivo y no tienen fronteras precisas, ni a principios de siglos, ni ahora.

 

B. Revistas

 

Esa variedad de intereses disciplinarios tras un mismo objeto de estudio, como es el de la población, se reitera en el tipo de revistas en que se publicaban. Por esa razón, no se hizo hincapié en la especificidad de la revista que lo editaba, sino que se rastreó a los autores que recurrentemente escribieran sobre el tema poblacional.

No abundaban, en este período, revistas dedicadas exclusivamente a la demografía, entendiendo que no se consideran revistas a los anuarios e informes de la Dirección Nacional de Higiene, ni de la Dirección General de Estadísticas de la Nación, aunque algunas de sus introducciones se toman en cuenta. Sino nos referimos a las revistas científicas en sentido estricto, que publican trabajos de investigación o ensayos.

Lo más específico, sin serlo totalmente, son los Anales del Instituto Étnico, dirigido por la Dirección Nacional de Migraciones, los Anales de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos, la revista del Instituto de Biometría de la Facultad de Ciencias Económicas, pero su producción abocada al tema que interesa, es pequeña.


El mayor volumen proviene de revistas especializadas en el análisis económico, como la Revista de Economía Argentina (en adelante R.E.A.), fundada y dirigida por el ingeniero Alejandro Bunge, en 1918, de la cual se extrajo el mayor volumen de artículos. Le sigue el Boletín del Museo Social Argentino (en adelante B.M.S.A.), fundada en 1911, por Tomás Amadeo, y dirigido la mayor parte del período considerado, por él. Aunque su producción sobre el tema, tiene una gran distancia en importancia, respecto de la anterior. Es explicable porque el boletín aborda una amplia gama de temas, no solamente los económicos o demográficos. La denominación que reza en el epígrafe del boletín sobre el M.S.A. es: "Instituto de Información, Estudios y Acción Sociales". Como se puede apreciar, ninguna de las dos más importantes revistas mencionan la palabra demografía32.

Algunos de los autores, además de las actividades mencionadas en el punto anterior, eran miembros de las instituciones que publicaban las revistas mencionadas. Correa Avila era secretario de redacción de R.E.A. López Imizcoz, vicepresidente del B.M.S.A.. Rómulo Amadeo secretario de redacción del mismo boletín. El ingeniero Ludovico Ivanissevich, los doctores Eduardo Crespo, Juan José Díaz Arana, Bernaldo de Quirós, Germinal Rodríguez, eran vocales titulares del Museo.

Dickman, por su parte, era director del famoso diario socialista "La Vanguardia". Franceschi lo fue de la revista católica "Criterio" desde 1932 a 195733.


Se consideró importante extraer artículos de revistas de mayor difusión y compromiso ideológico, como las revistas católicas "Cátedra" y "Criterio". Ésta era la revista católica más importante e influyente de la época. "Cátedra" era el suplemento del diario "El Pueblo", con menor difusión que la anterior. La idea, al incluirlas, fue hacer el análisis del marco filosófico y doctrinario de muchos autores que escriben indistintamente en algunas de las revistas mencionadas ut-supra y en éstas, como asimismo establecer las comparaciones con aquellos otros que nunca publicaron en éstas últimas. Es notorio que en todos los casos, la intención es influir en la dirigencia política y en sectores seleccionados de opinión. No a toda la sociedad, porque ninguna, ni siquiera las dos últimas mencionadas, tenían una difusión tan grande, que llegara a todos los ámbitos sociales, como hoy lo pueden hacer los mass media.

Si se observa la nómina de autores y sus respectivas obras, se advierte que sólo unos pocos son los que reiteradas veces se ocupan del problema de la población. La mayoría escribe un sólo artículo, generalmente convocado por Bunge, o responde a alguna encuesta organizada por la R.E.A. o el B.M.S.A.

 

C. Las obras

 

Ese breve análisis sobre los autores y las revistas, conduce ahora a hacer un análisis global sobre las obras en sí. Los aspectos formales, la envergadura de la misma, si son libros, folletos, artículos, si son obras colectivas o individuales, en qué revista fueron publicadas, se pueden ver en la enumeración de las fuentes que se transcriben al final de este trabajo.

Esa aclaración es importante porque allí se puede ver la temática general o específica que cada uno trata, pero aquí interesa señalar las generalidades sobre el aparato crítico que se observa en ellas, ampliando lo que se señaló en el capítulo anterior sobre los datos. Se destacará más lo cuantitativo que lo cualitativo, dejando este último aspecto para cada tema específico.

Del universo de obras contabilizar: primero si utilizan datos estadísticos o no para exponer las ideas. Segundo, de utilizarlos, cuáles son los datos estadísticos, si son oficiales o extraoficiales, si son muy generales o especiales sobre el tema que abordan. De fundarse en datos, considerar si son datos argentinos o extranjeros. Tercero, si hacen la crítica de los datos estadísticos, de las proyecciones y de los métodos de las fuentes utilizadas, o aplican métodos propios para inferir las relaciones entre lo demográfico y lo demológico. Cuarto, cómo vinculan lo estadístico-demográfico a lo teórico-político e ideológico.


Al manejar tantos autores y tantas obras, muchas veces más de tres por autor, como se puede advertir en el listado de las mismas, la variedad de matices para clasificarlos según el uso de las fuentes estadísticas y doctrinarias es grande. No está de más insistir que no es el objetivo ponderar o criticar a determinadas personas por el uso o no del marco erudito, muchas son las personalidades que, destacadas en otros ámbitos, con tratados importantes de su especialidad y sin embargo, en el tipo de trabajos que se analizan, no tienen toda la envergadura científica que se suponen deberían tener. Si se destacan, es porque tenían difusión, dada la personalidad de muchos de los que las emitían, influyendo en la opinión de lo que se podría llamar "la inteligencia y la dirigencia del país". Por eso mismo, es interesante conocer cómo llegaban a plasmar las ideas sobre la población argentina.

 

1. Las fuentes utilizadas

 

Se puede decir que hay tantos manejos de datos y fuentes como autores. No obstante, se perciben tres importantes grupos:

a) Aquellos que tienen un amplio manejo de fuentes estadísticas, metodológicas y doctrinarias, argentinas y/o extranjeras. Las describen, a veces las critican y aportan correcciones, observaciones o nuevos métodos de análisis, como también sus ideas sobre los factores que producen las diferentes curvas de crecimiento de la población.

Dentro de este grupo, aunque con variantes, se distinguen dos subgrupos. Uno pequeño, no más de seis autores y sus respectivas obras, cuyo análisis es fundamentalmente estadístico-matemático. En Dieulefait y en Natale, su interés es demostrar con la aplicación del método sugerido por Quetelet, Verhulst, Pearl, Volterra y su comparación con la proposición de Malthus y Darwin, cuál es la curva de crecimiento de la población aplicable a las poblaciones en general. Es la búsqueda de la famosa ley universal y poner a prueba las que se decían que eran leyes. Ninguno de los dos adhiere totalmente. Para Natale simplemente es una curva descriptiva del pasado:

"...la ley de Verhulst como toda ley estadística, no tiene la pretensión de anticipar lo que será la población en el futuro, sino simplemente describir lo que ha sido"34.

Para Dieulefait, como diría Prigogine, toda idealización de la población es factible reducirla a una formulación matemática. "Nos hallamos -dice- frente a un verdadero problema matemático. La matemática no significa dar fórmulas por buenas que resulten sus aplicaciones. Para el espíritu analista no habrá satisfacción hasta que la fórmula no aparezca como el resultado de ciertas hipótesis las cuales servirán para explicar el mecanismo del fenómeno". El mecanismo lo explicaba convencido de que toda especie se caracteriza por "su coeficiente biológico de reproducción". Luego de complicadas fórmulas para mostrar las ecuaciones de la curva logística y la exponencial, le introduce todas sus idealizaciones y marco ideológico fundado en que los factores de la curva está en lo socio-económico, concluye: "la logística deja de ser una fórmula para aumentar en su favor los pesos que la acreditan como ley, pero ley tendencial más que cumplida y en la cual se encuentra hasta históricamente corroborada la segunda de las leyes de Malthus puesto que en su primera fase, antes de llegar a su punto de inflexión que marca la iniciación de la saturación, siendo este el punto que vivimos, ella coincide con una función exponencial y lo más curioso, este se verifica para los mismos años en que podemos situar a Malthus en la escala de la variable"35.

Ninguno de estos análisis matemáticos lo aplican a la población argentina36. Esa omisión, fue cubierta por Sussini, Paso, Zauchinger [126), Gino Germani [104], Dagnino Pastore [16] y Ovidio Ventura [39]. Los primeros como buenos médicos, seguían periódicamente las cifras oficiales del movimiento vital, sin tantas teorías, pero exponiendo las curvas de crecimiento argentino, en comparación con otros países. Los otros, apuntan a lo que tenía que indagar el futuro censo a fin de asociarlo al análisis sociológico, o, una vez realizado el IV Censo, hacen las correcciones de los datos vitales que le habían precedido.

El otro subgrupo, es el de los técnicos especializados que se destacará sobre los demás grupos y subgrupos y será reconocido como los especialistas en temas de población. La cabeza más visible es Alejandro Bunge, pero no menos importantes son Coghlan, González Galé, Llorens, Correa Avila y todos aquéllos vinculados a la R.E.A. o al Instituto de Biometría de la Facultad de Ciencias Económicas37. Son los que intentan ensamblar las especulaciones teóricas, sin detenerse en ellas, sino intentando comprobarlas o criticarlas en función de datos concretos. Son los que utilizan los datos oficiales y sin métodos tan específicos como los anteriores, aplican su propia metodología para corregirlos y dar los propios. Son famosos los "index-number" de Bunge que fue pionero en su utilización para hacer las relaciones entre los indicadores económicos y los demográficos. Él mismo dice que eran: "una contribución metodológica docente y práctica, de las expresiones gráficas de los hechos sociológicos, y de los index-numbers hasta ahora poco usados en otros países y desconocidos en el nuestro"38. Sobresalen también las correcciones que le sugiere Coghlan a las estimaciones de la población futura realizadas por Bunge.

            No se puede decir que son métodos de altísima especialización, son concientes de sus propias falencias y que las proyecciones de población argentina que hacen es a título sólo probable, porque precisamente hacen una fuerte crítica a los deficientes datos que manejan. Pero tampoco se puede decir que hasta Germani "nunca se había hecho un uso tan amplio y completo del material censal"39, porque evidentemente, este grupo hacía agudas relaciones entre los hechos demográficos y los sociales, se compartan o no la legitimidad del planteamiento o las idealizaciones que, evidentemente, hacían.

b) Otro grupo se funda en los registros del movimiento de la población y los censales de carácter oficial y en datos específicos sobre algún aspecto parcial de la población, tanto oficiales, como elaborados o recogidos por ellos. A veces les apuntan omisiones. Pero la premisa fundamental de sus ideas, no son los datos estadísticos estrictamente, sino el marco ideológico, doctrinario, que es citado profusamente. Es el grupo mayoritario, por su número, se han contabilizado unos treinta y dos, con lo aleatorio que supone una clasificación.En este grupo se ubican los políticos, pero tampoco todos, sino aquéllos como Guillot, Monteagudo, o Palacios, por citar de distintas vertientes políticas que fundamentan sus proyectos de ley con una amplia bibliografía y legislación extranjera específica (salario familiar, subsidios por maternidad, etc.); la mayoría de los católicos en cuanto aportan todo un marco teórico dado por el magisterio de la Iglesia, como el opositor a él, para refutarlo, sobresalen Gino Arias, Cafferata, Mac Donagh, los que hacen análisis desde su teoría específica, como los naturalistas, Imbelloni o Mac Donagh, o los internacionalistas, Giurich, Pichot, Ruiz Moreno por su abrumador cúmulo de legislación extranjera sobre el tema de migraciones, por ejemplo. Muchos seminarios se ubican en este grupo, por el importante análisis que hacen de las fuentes doctrinarias, tal vez orientados por su director Juan José Díaz Arana, tal vez por méritos propios40.

En fin, tienen un buen marco teórico doctrinario, con menor importancia en el manejo de estadísticas y nulo aporte estadístico metodológico.


c) Por último están los que sin datos estadísticos, ni fuentes teóricas o doctrinarias específicas, salvo un marco muy general, emiten sus opiniones sobre el fenómeno poblacional. Aproximadamente son unos veinte autores y sus obras. Muchas de ellas, son artículos de difusión, conferencias, respuestas a cuestionarios sobre población dirigidos por Bunge o el B.M.S.A. A nuestro juicio esa es la razón que se hayan publicado sin el aparato crítico correspondiente, porque dentro de los que se ubican aquí, tal por ejemplo Franceschi o Gálvez, no cabe duda que tienen la solvencia para aportarlo. Otros son políticos y algunos de los alumnos del seminario sobre población de la Facultad de Derecho. Este último caso tienen como aval solamente una bibliografía muy general que introduce a todos los seminarios.

En definitiva, se quiere señalar en este capítulo, que al igual que las fuentes teórico-demográficas que utilizan, los autores parten de datos no precisos. Como ya se señaló, la población de los territorios nacionales era prácticamente una incógnita, los registros vitales sufrían serias omisiones, la ausencia de censos periódicos les dificultaba todo tipo de especulación teórica sobre la población. Asimismo, como sus fuentes teóricas, incluso los que usan datos y métodos especiales como los del grupo a), o los que no tienen un aparato crítico importante como los del grupo c), siempre son opiniones, suposiciones, engarzadas en un marco ideológico mayor. Ni unos ni otros tienen una formación científica especial para tratar la población, sino que lo hacen tras esa sociedad imaginaria que pretenden establecer como una sociedad real, tal como diría Ledrut41.

 

NOTAS AL CAPÍTULO V

 

1.               Cfr. ANTONIO PÉREZ AMUCHÁSTEGUI, Mentalidades argentinas (1860-1930), Bs. As., Eudeba, 1965, ps.7 y ss., enumera diez factores a tener en cuenta para analizar las mentalidades, de ellos tres interesan para dirigir la encuesta a las obras: "7.La magnitud de la nostalgia por el pasado y la fe en el porvenir; ... 9. La concepción jerárquica de la sociedad: solidez de la estratificación social y 10. La significación política, económica y social de los ideales de vida".

2.               NATALIO R. BOTANA, El orden conservador. La política Argentina entre 1880 y 1916, Biblioteca Argentina de Historia y Política, Bs.As., Hyspamérica, 1985, p.10.

3.               Solamente de diecisiete autores no se obtuvo ningún dato biográfico. De seis una sola referencia sobre su profesión o su confesionalidad, por las fuentes que citan, por las instituciones a que pertenecen, o por las revistas en que escriben. De los sesenta y cuatro restantes, se consignan sus datos biográficos junto con la nómina de fuentes al final de esta obra.

4.               Estos datos fueron extraídos de Quién es Quién, ed. 1955, Cit.; de las menciones que se hacen en las presentaciones de obras o conferencias. Además de la historiografía que se cita a continuación. Por la variedad de fuentes hay fechas o filiaciones partidarias no siempre bien definidas, sobre todo en el diccionario biográfico y las presentaciones mencionadas.

5.               Sobre distintas acepciones al concepto de conservador, Cfr. MANUEL GARCÍA PELAYO, Idea de la política y otros escritos, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, p.34, CARLOS A. EGÜES, Facultades del Congreso, Reflexiones sobre la influencia doctrinal norteamericana, en "Atribuciones del Congreso Argentino", Bs.As., Depalma, 1986. DARDO PÉREZ GUILHOU, El pensamiento conservador de Alberdi y la Constitución de 1853, Bs.As., Depalma, 1964, p.33.

6.               JOSÉ LUIS ROMERO, El desarrollo de las ideas en la sociedad argentina del siglo XX, Bs.As., Solar, 1983, ps. 153 a 158.

7.               ALAIN ROUQUIÉ, Poder militar y sociedad política en la Argentina, t. I. hasta 1943, Bs.As., Emecé, 1981, ps.182 a 301.

8.               ALBERTO CIRIA, Partidos y poder en la Argentina moderna (1930-46), Bs.As., ed. Jorge Álvarez, 1969, p. 19 Con calificativos similares se expresan José María Rosa, Historia Argentina. Orígenes de la Argentina Contemporánea. El 6 de septiembre (1930-1932), Bs.As., Oriente, ts: 11,12 y 13. ROBERT A.POTASH, El ejército y la política en la Argentina. De Yrigoyen a Perón,  Bs.As., Sudamericana, 1971.

9.               Sobre la formación de la Concordancia y la posición de los partidos Cfr. nuestro trabajo El radicalismo bloquista en San Juan. Gobierno de San Juan, 1987.

10.            RODOLFO PUIGGROS, La democracia fraudulenta,  Bs.As., Corregidor, 1974, p.53.

11.            RODOLFO PUIGGRÓS, La democracia... Cit., ps. 36 y 41.

12.            Cit. en ALBERTO CIRIA, Partidos y Poder... Cit., p.153.O como decía Repetto, legislador socialista, también citado por Ciria, "Se trata de las dos fracciones de la clase poseyente argentina. Los mismos terratenientes figuran en el Partido Conservador y en el Partido Radical" (p.154).

13.            ELENA PIÑEIRO, La tradición nacionalista ante el peronismo. Itinerario de una esperanza a una desilusión, Bs.As., A-Z, 1997, p.42.

14.            J.L.ROMERO, El desarrollo...Cit., p.163.

15.            ELENA PIÑEIRO, La tradición...Cit., p.15. CRISTIAN BUCHRUCKER, Nacionalismo y peronismo, Bs.As., Sudamericana, 1987. En la misma forma lo caracteriza ROBERT CRASSWELLER, Perón y los enigmas de la Argentina, Bs.As., Emecé, 1988 y agrega: "fuertemente teñido por el pensamiento social católico, por el nacionalismo, por los principios orgánicos del corporativismo mediterráneo y por la tradición de los caudillos de la sociedad criolla argentina... Movimiento bastante complejo e impreciso...coalición peronista de..trabajadores urbanos y organizados...oficiales del Ejército...nuevos industriales...sectores clericales...." p.248.

16.            JOSÉ LUIS ROMERO, El desarrollo...Cit., p.160.

17.            RAÚL SCALABRINI ORTIZ, Yrigoyen y Perón, Bs.As., Plus Ultra, 1972.

18.            ALAIN ROUQUIÉ, Poder militar...Cit., ps. 229, 230, 231, 257 y 292. En sentido similar se expresa ELENA PIÑEIRO,...Cit., ps.14 y 15: "estos movimientos no son lo suficientemente radicales en su populismo como para destruir las élites gobernantes tradicionales y tampoco lo son para destruir el sistema político existente, por ende nunca pueden transformar sus ideas en hechos revolucionarios. .. Es en este sentido que considero que el heterogéneo movimiento nacionalista argentino puede definirse como protofascista"..Además, sobre la influencia de posiciones nacionalistas, pro-Eje durante los gobiernos de Roberto Ortiz y Castillo, Cfr.: ENRIQUE ZULETA ALVAREZ, El Nacionalismo Argentino, t.1, Bs.As., La Bastilla, 1975, p.357, JOSÉ LUIS ROMERO, El desarrollo ...Cit., p.132.

19.            RODOLFO PUIGGRÓS, La democracia fraudulenta...Cit., p.10.

20.            M.CARR SAUNDERS, Población mundial, Fondo de Cultura Económica, 1939, p.337.

21.            Cfr. Quién es Quién en la Argentina. Biografías contemporáneas. 6ta. ed., Bs.As., Kraft, 1955 y LILA M. CAIMARI, Perón y la Iglesia Católica. Religión, Estado y sociedad en la Argentina (1943-1955), Ariel Historia, Bs. As., Espasa -Calpe, 1995, ps. 65 y ss.

22.            Ver las referencias bibliográficas de las fuentes.              

23.            LILA M. CAIMARI, Perón y la Iglesia... Cit., Caps. I y II. y ALBERTO CIRIA, Partidos ...Cit., Cap. VI.

24.            ALAIN ROUQUIÉ, Poder...Cit., p. 275.

25.            Gregorio Araoz Alfaro, era pediatra del Hospital San Roque (hoy Ramos Mejía), Secretario de Asistencia Pública de Buenos Aires (1893), Presidió la Comisión de Casas Baratas (1916-18); la Comisión Asesora de Asilos y Hospitales Regionales (1930-1931) y la Liga Argentina contra la Tuberculosis. Autor de numerosas obras sobre las madres, los niños, la salud y la política. Juan F. Cafferata, se dedicó a combatir el alcoholismo y la tuberculosis y escribió novelas de divulgación con ese fin. Enrique Dickman, Jefe de Clínica del Hospital San Roque. Miguel Sussini cirujano, trabajó ad-honorem en la sala de niños del Hospital de Clínicas (1919-28) y era miembro de la Comisión Asesora de Asilos y Hospitales. En, Quién es quién, 1955...Cit.

26.            VÍCTOR TAU ANZOÁTEGUI, Las ideas jurídicas en la Argentina (siglos XIX - XX), Lecciones de Historia jurídica III, Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Bs.As., Perrot, 1977, p.133.

27.            JAIME PERRIAUX, Las generaciones argentinas, Bs.As., Eudeba, 1970 y DIEGO F. PRO, Historia del Pensamiento Filosófico Argentino, Cuaderno I, Mendoza, Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.C., Instituto de Filosofía, 1973.

28.            Combinaban su profesión de abogados y la economía política: Rómulo Amadeo, Ricardo Foster (doctor en ciencias jurídicas); Juan José Guaresti (h) (doctor en Ciencias Económicas y profesor de esa cátedra) y estaban muy próximos a otros de distinta profesión, pero igual asignatura o especialidad en las facultades. Ver la nómina al final.

29.            La lista completa de los que se constató eran abogados es: Rómulo Amadeo, C.Bernaldo de Quirós, Francisco Casiello, Ricardo Foster, Juan José Guaresti, Bernardino Horne, Daniel López Imizcoz (especializado en derecho civil y comercial y en diplomacia), Alfredo Palacios, Angel S. Taboada y Seguí (Dr. en Jurisprudencia y Director de Protección al Aborigen y del Instituto étnico), Nélida M. Giuricich, César Ruiz Moreno, Alberto Raúl Pichot (los tres eran miembros del Instituto Argentino de Derecho Internacional). Hay que sumarle a esta lista, los estudiantes de derecho que rindieron su seminario con Juan José Díaz Arana, que suman doce y supuestamente, se recibieron de abogados y si no, tenían toda la formación como tales. Ver las fuentes. Los datos se obtuvieron de Quién es Quién, 1955.

30.            Eran economistas: Gino Arias, Prof. U.N.Tucumán; Correa Avila, Moyano Llerena; González Galé. Ingenieros: además de A.Bunge, Ivanessevich (Ing. sanitario); Ortiz (Ing. civil); Veniard Zubiaga y Emilio A. Coni (Ings. agrónomos). Daus y Dagnino Pastore eran profesores de geografía. Imbelloni ejercía como profesor de antropología y etnografía y Mac Donagh lo era de geografía, zoología y entomología, además de dirigir el famoso Museo antropológico de La Plata. Estadígrafos como tal, solamente Dieulafait.   

31.            DIEGO F. PRO, La ontología de lo social, en "Cuyo", Anuario de Filosofía Argentina y Americana, Instituto de Filosofía Argentina y Americana, Facultad de Filosofía y Letras, U.N.Cuyo, Vol.2, Años 1985-1986, ps. 9 y 10. "Desde hace varios decenios,-dice en 1985-, los límites rotundos y precisos de las ciencias, sus campos de trabajo y sus métodos de investigación no muestran la rigidez con que la epistemología de comienzos de siglo concebía éstos límites, horizontes y métodos científicos".

32.            Sobre el contenido e información del B.M.S.A. Cfr. EDUARDO A. ZIMMERMANN, Los liberales reformistas. La cuestión social en la Argentina. 1890-1916, Bs. As.,  Sudamericana. Universidad San Andrés, 1995, ps.74 a 78 y sobre la R.E.A. mi trabajo: Alejandro Bunge: su pensamiento social, económico y demográfico, en "Revista de la Facultad de Derecho U.N. de Cuyo", Año I, Nro.1, 1991.

33.            Criterio fue fundada en 1928, como expresión de los sectores católicos. Dirigida por Atilio Dell´Oro Maini. Colaboraron en ella numerosos personajes. De los autores que analizamos se destacan Emiliano Mac Donagh, Faustino Legón, Alejandro Bunge, Manuel Gálvez, Pio Isaac Monteagudo y otros. Ver nómina de artículos al final del trabajo.

34.            ERNESTO NATALE [118], p.20.

35.            CARLOS DIEULEFAIT [18], p.8. Ver también [19].

36.            En 1953, Carlos Roberto Lacroix, en La dinámica de la población y la descentralización industrial, "Seminario de Economía", Curso 1953, efectuado en el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Bs.As., Prof. Dr. Julio Broide, ayudante Eugenio J. Folcini, Doctorado en Diplomacia 4to. Año., suple la falencia de los autores antes considerados, y a partir del análisis de las teorías que se vieron en la primera parte, se adhiere a la de Gini, en tanto no sólo contiene aspectos cuantitativos sino cualitativos, y sobre ella analiza la población argentina.

37.            A.E. BUNGE, es el de mayor producción ver sus libros [8] a [11] y sus artículos en R.E.A. [54] a [73]. En mayor o menor medida, en todos aplica las estadísticas y sus métodos. Ver además Castro Zinny [13], Coghlan de [79] a [85], Correa Avila [86] a [91], Coni [14], Bernaldo de Quirós [4], Di Tella [96], García Aller [102], García Mata [103], González Galé [22] a [24], Llorens [29] y [111] a [113], Mortone [30].

38.            A.E.BUNGE [11],p.16.

39.            Cfr. el Estudio Preliminar que Jorge Graciarena hace a la obra de Gino Germani, "Estructura social de la Argentina. Análisis estadístico", Bs.As., Solar, 1987, p.7. Ni las correcciones que Germani le apunta a Bunge, ni las observaciones a los datos de los hechos vitales y censales, eran originales, los de este grupo de los que denominamos "especialistas" lo habían hecho en diferentes formas y circunstancias.

40.         La lista no es completa. En el desarrollo posterior se destacarán en los temas puntuales el tipo de fuentes que utilizan. Ver fuentes al final.

41.         RAYMOND LEDRUT, Lo real y lo imaginario...Cit., ver Cap. III, nota 2.