POR AHORA, GANAN NUESTROS HERMANOS TOBAS

    

        Mientras resuena como música celestial en nuestros oídos la alegría de las maestras y los alumnos de Loreto, Santiago del Estero, al haber recibido las dos bibliotecas que enviáramos para ser compartidas por sendas escuelas de la localidad, constituidas por varios cientos de ejemplares, de las más diversas temáticas, donados por nuestros lectores, por nuestros estudiantes, por todos los que apoyan este modesto pero feliz emprendimiento, y don Serapio Juárez, desde su excelente programa de música folclórica de los sábados a la tarde, nos narra con qué caritas de primavera iban sacando los chiquitos y las esforzadas docentes los libros de las cajas (Dios, hubiéramos querido estar allí, sólo para llenarnos un poco de esa verdad azucarada que es que el ser humano, en cualquiera de sus todos hermosos envases en que al mundo viene, tiende naturalmente al saber), ya estamos trabajando de lleno en la siguiente biblioteca. 

        Y he aquí que nuestra asidua lectora y amiga chaqueña María Virginia Rodríguez Márcico, persona muy luchadora y de un corazón de estío, que pinta en sus entrañas la riqueza sufrida de esa magnífica provincia donde vive, probeta de intercambio de genes étnicos que sólo podrían unirse en esta Latinoamérica venturosa, nos propone ya "una escuela en el Barrio Mapik, poblado por la etnia Toba", como destinataria de este nuevo (y ya avanzado, sobre todo gracias a la noble donación de la Biblioteca Popular Saldías) embarque de horas de lectura. Estamos, pues, a la espera de otras nominaciones, para evaluarlas y cotejarlas con ésta, que nos parece muy plausible, desde todo punto de vista. Caso contrario, queridos hermanitos tobas, de mejillas de viento y ojos inquietos de avellana grande, apurados por entender el mundo, ¡preparaos a leer bastante!

 

    

Usted, amigo lector, también puede donar libros, nuevos o usados, muchos o pocos. Comuníquese con [email protected] , e iremos a buscarlos. Vale la pena... ¡Muchísimas gracias!