Querido Ricardo:
Muchas gracias por el envío de el número 23
de Persona; como siempre, un faro de luz en este mundo neblinoso. Excelente tu
Editorial. Al respecto me animo a transmitirte algunas reflexiones.
En primer lugar, no me considero heterosexual sino normal, desde un punto de
vista biológico; dentro de mi normalidad es que tiene lugar mi
heterosexualidad. Sin abrir juicios morales, opino que la homosexualidad no es
una condición normal ni natural. Atiendo a muchos homosexuales y les tengo un
gran respeto como personas y una gran piedad como seres humanos (no conozco
ninguno feliz).Pienso que el rechazo de la sociedad se debe a que la condición
homosexual tiene una semilla de muerte, ya que si todos fuéramos homosexuales
la vida no tendría consecución.
Definir como heterosexual al no homosexual es observar la vida desde la homosexualidad. Algo similar ocurre con la Medicina: para los homeópatas yo soy un alópata, cuando en realidad soy un médico clínico que acepta todas las vertientes de la Medicina, tales como la cirugía, la rehabilitación o la psicoterapia (y también la homeopatía si me demuestra su utilidad).
Te envío un gran abrazo.
Manuel L. Martí.