LA LITERATURA LATINOAMERICANA ACTUAL
EN EL MUNDO
Una interesante mesa redonda en la Feria del Libro
por Federico Piedras
El martes 4 de mayo, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, se realizó la mesa redonda titulada “Literatura latinoamericana actual: presencia en el mundo”. Participaron de la misma, las escritoras Josefina Delgado, Araceli Otamendi, y Cristina Da Fonseca, esta última de Chile.
El inicio estuvo a cargo de Araceli Otamendi, quien dedicó el evento
a la memoria de María Esther de Miguel. A continuación,
presentó a Josefina Delgado, que comenzó hablando de
algunos rasgos de la literatura de María Esther, como también de lo que fue como
persona. Dijo, entre otras cosas, que tanto sus novelas como sus cuentos eran
diferentes entre sí. Que en ninguno podía verse una
repetición de lo anterior, lejos de los estereotipos.
De Miguel, señaló, era una escritora apegada a su terruño
y preocupada por los problemas que sacudían (y sacuden) a la sociedad, como por
ejemplo, la desigualdad, la corrupción, etc. “Era una
gran amiga con la capacidad de escuchar y estar siempre presente cuando se la
necesitaba”, concluyó.
Tras el homenaje, Josefina Delgado se centró en el tema de la Mesa. En primer lugar, instó a recuperar el territorio para lo que se considera literatura. Se manifestó harta, como muchos también lo estamos, del marketing en el libro y de los premios literarios, en su mayoría fraguados. Entrando aún más en la cuestión, contó cómo en una conversación con el escritor chileno José Donoso, éste le dijo que en Chile no se conocía nada de lo que se escribía en otros países latinoamericanos, y que el gran logro para cualquier escritor chileno era ser publicado por editoriales no nacionales, españolas, por ejemplo. Esto aseguraba al escritor la posibilidad de traspasar las fronteras del país y, a la vez, ser leídos por un público mayor, lo que evidentemente afecta sobremanera la economía del hombre de letras. Comentó que Donoso, cuando fue a enseñar a Princeton, se propuso difundir la literatura latinoamericana contemporánea. Debido a esto, logró en el medio universitario traducciones, y el reconocimiento para con los escritores latinoamericanos de aquel momento, en particular con los que integraron el llamado “boom” latinoamericano. “Sin embargo”, continuó Delgado, “hoy ocurre lo contrario. Si bien en diversas universidades del mundo hay cátedras de literatura latinoamericana, el grupo de editoriales internacionales no difunde ni siquiera en América a los escritores continentales. Las editoriales responden, ante los pedidos que se les hacen para que traigan escritores hispanoamericanos, que a ellos no los conoce nadie. Piensan sólo en lo marketinero.”
Luego Araceli Otamendi presentó a la escritora chilena Cristina Da Fonseca, que armó un cuadro explicativo de la situación de la narrativa latinoamericana actual, sosteniendo que hoy no estamos en presencia de una sola literatura latinoamericana, sino que pueden destacarse principalmente tres. En primer lugar, se encuentra lo que ella denomina literatura cara. Es la producida por las transnacionales y la que para muchos sería la verdadera literatura regional. Pero para Cristina, no es así. “En chile”, dijo, “existen pequeñas editoriales locales que ayudan al flujo de las nuevas ideas en el país. Sin embargo, aunque su mercado sea reducido, es allí donde está la verdadera literatura”. El segundo grupo lo integrarían las obras auto editadas, las cuales corren con las propias limitaciones económicas del autor, más los problemas de distribución. Por último, la autora chilena mencionó a los sitios de Internet, a los que consideró como herramientas eficaces ora para publicar y relacionarse, ora para adquirir alcance mundial.
También Da Fonseca dio su opinión respecto a las editoriales extranjeras, y dijo que “venden a los libros como una mercancía más. Por lo que, más que ingenieros de mercado, son aseguradoras de ganancias”. Por último, habló del estado actual de la literatura de su país, donde se anuncia que la producción literaria obedece a escritores de 30 años solamente, poniendo coto al resto y generando así una moda de escritores.
Finalizadas las dos jugosas intervenciones, Araceli Otamendi, realizó diferentes preguntas a las panelistas, para después abrir el debate con el público. Se recalcó, entre otras cosas, la figura de los escritores Roberto Bolaño y Fernández Vallejo, y también se mencionó la importancia de preservar el propio dialecto a la hora de escribir, ya que eso es parte de la vida de una obra, y si se quitara para ser reemplazada por un español “neutro”, por ejemplo, se atentaría no sólo contra libertad del autor y la calidad de la obra, sino que además se socavaría a la literatura misma.