Editorial ¿POR QUÉ TARDAMOS |
Es mi
deber, como director de la revista, que está por cumplir una década de vida,
explicar a nuestros amigos lectores las razones de ese hiato, que generó innumerables
comunicaciones de lectores, preocupados y tristes. No pocos fueron los que, al
encontrarme, me preguntaban, ansiosos: “Ricardo, ¿PERSONA no sale más?” Gracias de
corazón a todos los amigos y amigas que se lamentaron por nuestra ausencia,
que se molestaron en escribirnos para interrogarnos y para azuzarnos al
regreso (a veces en términos un poco conminadores). Gracias a toda la gente
que dio por sentado que no desapareceríamos, que íbamos a volver. A ese
estudiante brasileño que me dijo, después de una conferencia mía: “vocês devem chegar
pelo menos aos 100 números!” Obrigado,
sim, vamos tentar… Gracias
desde el alma a los que, a pesar de nuestro mutismo, siguieron enviándonos
trabajos. “Para cuando vuelva a publicarse PERSONA”, o cosas semejantes, solían decir. Es emocionante cómo
esta revista tan sencilla, tan hecha a pulmón, se ganó un lugar en el mundo
científico internacional, siquiera modesto, pero al mismo tiempo se afincó en
los corazones de sus miles de lectores. Hemos
insistido en seguir fieles al estilo que ha caracterizado a PERSONA. Nos ofrecieron comprarnos la
revista. Nos propusieron colocarle publicidades. Dijimos que no. Porque
nacimos como humilde homenaje a un muchacho de 15 años que amaba la vida, y
que pronto hará una década que partió hacia la Luz. Y ese origen nos impone
la ausencia de lucros, la actitud abierta y fraterna, la fidelidad a una
manera distinta de hacer las cosas. Ni mejor ni peor. Sólo diferente. Pero es difícil. Sin infraestructura, sin
tiempo material, sin personal, sin tantas cosas… La revista fue atacada informáticamente.
Se la denunció como “spam”. Eso sólo lo puedo
atribuir a personas que se sintieron molestas con nuestra libertad de
pensamiento, con nuestra apertura ideológica, con nuestro rechazo de las
censuras y los fundamentalismos, con nuestro compromiso con los derechos
esenciales de cada miembro de la especie humana. Como
consecuencia de ese ataque, el característico mensaje que avisaba la
aparición de nuestro último número, enfrentó dificultades enormes para llegar
a sus destinatarios. La mayoría de ellos no lo recibió, pues los servidores
lo bloquearon. No tenía sentido seguir operando de ese modo. La impresionante
cantidad de lectores que PERSONA
había llegado a tener, generó problemas de emisión de esas notificaciones,
pero también despertó codicias y envidias. Así que
recurrimos a otro medio, siempre preservando la gratuidad de la revista.
Creamos un grupo de Google (http://groups.google.com/group/revista-persona?hl=es)
e invitamos a nuestros lectores a sumarse a él. El sistema aún no ha dado
resultado. Sólo 283 lectores se han inscripto al día de hoy, contra los miles
a los que antes llegaba el aviso de aparición de los números, y las demás
informaciones periódicas que solemos enviar. Es triste, pero no nos arredra.
Vamos a seguir adelante. Lentamente se irá reconstruyendo la comunicación
perdida. Mientras
tanto, volveremos, desde este número, a publicar la revista, en su sitio de
siempre. Iremos procurando acercarnos a una periodicidad trimestral, tal vez
luego bimestral. Dudo que podamos volver a la mensualidad con que nos manejáramos
a lo largo de tantos años, con mínimas excepciones. Los números estarán en la
Red, con acceso libre y gratuito, como siempre. Quienes se inscriban en el
Grupo Google recibirán los avisos de aparición de los nuevos números, y
también las otras comunicaciones de actividades (conferencias, congresos,
cursos, etc.) La inscripción en el grupo será
siempre totalmente libre y gratuita. PERSONA ha procurado llenar, modesta
pero firmemente, a lo largo de una década, un espacio nuevo en el mundo
académico. Un espacio internacional, multilingüe, abierto tanto a autores ya
reconocidos y prestigiosos como a jóvenes y a científicos sin publicaciones
anteriores. Ha sido un lugar de encuentro entre culturas, entre ideas, etnias
y religiones. Una expresión del mundo respetuoso y fraterno con el que Ricky,
el adolescente a cuya memoria está dedicada la revista, soñara, y en el que
nosotros creemos. PERSONA está viva. Viva para gritar su
canto de esperanza, de confianza en el ser humano, de indignación frente al
imperialismo, a la soberbia, a la explotación y la injusticia. PERSONA, revista electrónica de
derechos existenciales dedicada a la memoria de Ricky Rabinovich
Orlandi y al homenaje de todos los que amaron y
aman la Vida, sigue en pie. Y tiene
mucho por decir aún. Acompáñenos. Ricardo
Rabinovich-Berkman |