DONACIîN DE UN CUADRO DE
AUGUSTO TEIXEIRA DE FREITAS A LA FACULTAD DE DERECHO
DE LA UBA |
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El 13 de julio de
2011, en el Sal—n Verde de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires, tuvo lugar la ceremonia en que, tras presentar su nuevo libro, Teixeira de Freitas sob
a —tica da contemporaneidade,
la profesora y abogada brasile–a Dra. Tania Mota de Oliveira, alumna de la
Modalidad Intensiva del Doctorado, procedi— a donar a la Facultad un
importante retrato al —leo del gran jurista del Brasil imperial, cuyas ideas
tanto influyeran en la codificaci—n civil argentina. El cuadro es obra de
la reconocida artista brasile–a Adriana Coppio, e
interpreta al genial bahiano, autor del Esbozo
de C—digo Civil para su pa’s, con criterios retratistas modernos, en base
a pinturas anteriores, algunas de ellas realizadas en el siglo XIX, y la
śnica fotograf’a indiscutida del jurista. El resultado es una obra de gran
fuerza, que transmite con bastante Žxito la personalidad compleja, so–adora y
enŽrgica, del pensador que tuviera el coraje de plantear, inspirado en el Digesto de Justiniano visto en la clave
de Friedrich Karl von Savigny (a quien, quiz‡s, entendi—
–cr’ticamente– mejor que nadie en su Žpoca), una nueva teor’a
acerca de la persona. Como lo hice notar al hablar en
la referida ceremonia, hay algo de m’stico en esta llegada , siquiera
pict—rica, de Freitas a la Facultad de Derecho de la UBA. Porque el 17 de
diciembre de 1866, el jurista brasile–o era esperado en esta capital del
Plata, proveniente de la otra, Montevideo, donde estaba desde algunos d’as
atr‡s. Al parecer, lo hab’a invitado su amigo epistolar (no hab’a e-mail
entonces) Dalmacio VŽlez Sarsfield, que tanto se
inspirara en sus escritos. Hay indicios que permiten pensar que se aguardaba
la radicaci—n definitiva de Freitas en Buenos Aires. Entonces, cae de maduro,
las aulas de la Universidad local, que se acercaba a su primer medio siglo de
vida, hubieran sido su destino natural. |
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Por razones que permanecen envueltas
en el misterio, Augusto Teixeira de Freitas nunca cruz— el R’o de la Plata.
En vano lo esper— el codificador cordobŽs. Dos diarios argentinos lo dieron
por arribado, pero el gran bahiano regres— de Montevideo a su a–orado Brasil.
La Universidad de Buenos Aires perdi— as’ el privilegio de verlo recorrer sus
claustros. Ahora, simb—licamente, cuando la noble Casa ingresa en la śltima
dŽcada de sus primeros doscientos a–os, Freitas llega por fin, en este
notable retrato de Adriana Coppio, a una Facultad
cuyos alumnos, por generaciones y sin excepci—n, han conocido y admirado su
obra. Bienvenido. Ricardo
Rabinovich-Berkman |