Estimados amigos:

 
       
Me permito llamar su atención sobre ciertos hechos que nos rodean y nos afectan.
       
Ciertos acontecimientos recientes mueven a preguntar si el menosprecio por la voz de la judicatura es tal que no se la considera relevante sino en función del cálculo político, de modo que un magistrado se verá expuesto a denuncias o recriminaciones según sea el contenido de sus sentencias o, mejor dicho, según fuese el resultado que pueda desprenderse de ellas, aún cuando quede en minoría, como aconteció con el voto en disidencia de la Dra. Delfina Borda en el pronunciamiento de la Junta Electoral sobre el desdichado caso "Borocotó".

        Los únicos que prestaron atención a esta valiente expresión minoritaria han sido quienes no demoraron en iniciar juicio político a la Dra. Borda, como una forma de escarmiento por no haber cedido a las presiones previas y haberse "atrevido" a preservar intacta su independencia para fallar según su recta conciencia.

        Es paradojal que una juez que se ha expresado como se espera que lo hagan los magistrados tenga que padecer el asedio a su honra sin que se alcen las voces firmes de defensores de la república. ¿Cuándo rescataremos los "perfiles de coraje" de que hablaba Kennedy? No he visto aún -aunque la espero- una muestra de solidaridad por parte de la Asociación de Magistrados respecto de esta colega, presidente de la Cámara Civil, cuya lineal trayectoria no admite el absurdo e inmerecido agravio a que se ve expuesta.

        Un gran afecto para todos.

Dr.
José Luis Monti
Juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
Profesor Ordinario de Derecho Civil de la UBA 
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