Señor Director
Leí en La Nación del pasado 8 de
febrero una nota de Alieto Guadagni describiendo el estado mediocre de la
educación en la Argentina. Creo en lo personal que es probable que en los
últimos años haya disminuido la capacidad intelectual promedio del alumnado
argentino. Penoso.
Pero es posible un resurgir -un "Risorgimento"-
si se abandonan en este tema los prejuicios políticos y los
condicionamientos ideológicos anacrónicos, incluso de algunos docentes e
intelectuales. Hasta los socialistas y comunistas estuvieron de acuerdo con
el plan educativo de la generación del 80 promovida por Roca (ley 1420).
Propongo al Sr. Ministro de Educación de la Nación que se instaure un
sistema nacional de subsidios, becas parciales y becas completas para
alumnos justificadamente necesitados de todos los niveles educativos. Podría
financiarse ese sistema de becas con al menos parte del producto de las
retenciones a la exportación de soja, sin perjuicio de otros recursos
financieros que se consideren viables y constitucionales. La concreción de
ese plan debería acompañarse de asistencia alimenticia y sanitaria,
especialmente en las zonas del país donde hay más mortalidad infanto-juvenil
o por desnutrición (caso de algunas zonas del Chaco).
Es indispensable abandonar de una vez por todas las vetustas luchas
ideológicas entre educación pública o privada, laica o confesional, así como
la plaga de promesas demagógicas y los discursos mediáticos o políticamente
correctos.
Una inversión educativa ahora podría evitar una desesperante crisis
económica generalizada para el caso de que en algunos años los ingresos del
país por venta de soja se reduzcan por la baja del precio internacional de
los cereales.
Manuel R. Trueba (h)