Número 17, mayo de 2003

 

Editorial

CULTURA DE LA VIDA Y CULTURA DE LA MUERTE

 

Estimados Amigos:

         Que el siglo XX llegó a niveles de horror y destrucción sin precedentes, es algo indiscutible. Que nunca antes había el humano obrado con tanto odio, con semejante deseo de matar, de hacer sufrir, con tal menosprecio por el planeta todo... Los genocidios, desde el de los armenios a manos de Turquía, pasando por el de los judíos y gitanos bajo la égida nazi, luego el de los tibetanos ante el furor maoísta, para terminar con las “limpiezas étnicas” yugoslavas. Las bombas atómicas, las armas químicas, la guerra biológica, los gigantescos desastres ambientales debidos a la displicencia y el afán de lucro sin cortapisas... Las persecuciones religiosas habían sido terribles antes, pero nunca como la de Hitler y sus secuaces contra los sacerdotes cristianos que se negaban a perseguir judíos, y los testigos de Jehová que se negaban a endiosar al Estado, ni como la de la China comunista hacia los seguidores de Buda, especialmente los lamas. Apartheid, fedayines... Una verdadera belleza. ¡Y hay gente que se queja del rock!

         El siglo XXI no empezó mejor. Cuando algunos efluvios de paz parecían augurar una era más benigna, la alianza de tres grandes potencias, lideradas por el país más fuerte del mundo, entró a sangre y fuego, al calor de excusas pueriles, en el territorio de un Estado soberano, y mató a su gente, y destruyó sus bienes y su infraestructura, y generó un caos y un desbande sin límites, que ni pudo ni quiso controlar. Unas supuestas armas superpoderosas que, como se había previsto, no existían, fueron la bandera para una masacre nueva. Un gobierno horrendo, dictatorial y tirano, no caben dudas, prestó el motivo declamado, sin que se explicara en cambio cómo se había podido ser amigo y aliado tanto tiempo de ese mismísimo sátrapa sangriento, ni por qué misteriosas razones se seguía siendo amigo y aliado de otros déspotas en otros países.

         El nuevo milenio despunta en una encrucijada entre culturas opuestas. Pero no el Islam y el Cristianismo, ni Oriente y Occidente, ni el Sur y el Norte, ni el Capitalismo y Marx. No: la confrontación se verifica de un modo harto más intrincado y sutil. Es una filigrana que se teje dentro de cada una de esas parcelas. Es el conflicto entre una Cultura de la Vida y una Cultura de la Muerte.

         Ambas son muy amplias, multifacéticas al extremo, complejísimas... Están en todas partes. Son líderes de la Cultura de la Vida, por ejemplo, tanto el Santo Padre Juan Pablo II en el cristianismo católico, como Su Santidad el Dalai Lama en el terreno budista. En cambio, hay católicos y budistas que adoran a la Muerte. Así como hay musulmanes, sin dudas, que honran a la Vida y a la paz, y otros que se hincan ante la necrofilia. En Estados Unidos hay pastores del amor, y también encapuchados del Ku Klux Klan. En Rusia hay sacerdotes ortodoxos que luchan por la hermandad, y neonazis furibundos de cabezas rapadas. En Israel hay buenos hombres y mujeres que añoran la paz prometida por los Profetas, y monstruos racistas que hubieran hecho las delicias de Hitler... No, no es sencillo el entramado de esta guerra crepuscular. Es alambicado, traidor, ilusorio.

         Ya Huxley y Orwell, entre otros, advirtieron sobre los peligros nefastos de la seudo-lógica tergiversante de las palabras. “La libertad es esclavitud”, clamaba la ominosa neolengua de 1984. Y hoy, en un mundo que desafía hasta a los augures más fecundos, en aras del “derecho de la madre a su privacidad” (sea lo que sea eso, que ciertamente no hay acuerdo), es decir, de algo claramente bueno, positivo, valioso, amigable, se defiende el aborto. O sea, la cobardía, la necrofilia –diría Fromm–. La Muerte. La gran divinidad de la “otra cultura”.

         Voy caminando por los parques de Buenos Aires, y me topo con la broncínea estatua que en buena hora han erigido a Raúl Wallenberg, el audaz diplomático sueco que, en medio del terror nazi, conseguía pasaportes para los judíos. Me acerco, como acostumbro, a saludar tan merecido monumento. Pero me retraigo asqueado: una mano cobarde, oscura, necrófila, ha teñido de pintura color sangre la cara y las manos de este hombre ejemplar, que salvó alrededor de cien mil personas del exterminio, y acabó, parece, asesinado en manos soviéticas.

Una mano anónima, sucia, tal vez la misma mano que, meses atrás, pintó leyendas favorables al aborto, con idéntica pintura color sangre, en la estatua de Juan Pablo II, que queda a apenas doscientos metros. Hitler, el aborto. La Muerte. El Papa, Wallenberg. La Vida. ¿Qué duda cabe? Hora es de alinearse, de tomar partido, de despreciar las medias tintas y las transacciones timoratas. PERSONA, queridos amigos, la tiene clara.

Nosotros, somos biófilos empedernidos.

            Cordialmente,

                                   Ricardo D. Rabinovich-Berkman

EN ESTE NÚMERO.. 

EL RESPETO A LOS DERECHOS Y EL CUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES HUMANOS: Una verdadera expresión social de la dignidad humana, por Juan Patricio Avaca

Nuestros lectores ya conocen el estilo profundo de Juan Patricio, Licenciado en Teología Dogmática con Especialidad en Sagrada Liturgia. Nacido en San Luis, Argentina, cursó estudios en Roma, graduándose en Filosofía y Teología en la Pontificia Universidad «San Anselmo». Autor de generosa producción, profesor secundario y universitario, e historiador, Avaca es sin dudas un hombre que piensa, que no teme adentrarse en las cuestiones más espinosas, y que emerge de ellas trayendo claridad y abriendo espacios de reflexión. PERSONA se enorgullece de publicar otro trabajo suyo, esta vez dedicado a la relación entre derechos existenciales, orden natural y actitud política, entre otros aspectos. R.D.R.-B.

 

LA DEFENSORÍA CONTRA LA DISCRIMINACIÓN DEBIDA A LA INCLINACIÓN SEXUAL, por Javier Indalecio Barraza

Quienes sólo conocen a Javier como el eximio profesor de Derecho Administrativo, Derecho político y Derecho Constitucional que es en las Universidades de Buenos Aires, del Salvador y del Museo Social Argentino, se asombran al enterarse que posee una pluma brillante de poeta, y viceversa. Aunque nadie que lo conozca en su honda dimensión humana, de hombre bueno, reflexivo, incisivo y sencillo, se sorprenderá demasiado. Porque en este joven y brillante docente, Magíster en Abogacía del Estado, salteño de nacimiento pero asesor en la convención constituyente porteña (así como también del gobierno nacional), se dan cita la actitud científica con la sincera y grave preocupación por lo humano. Factores que campean en sus varias obras jurídicas publicadas -todas ellas excelentes, y que le valieran el Premio Bienal de Derecho Administrativo (Colegio de Abogados de Buenos Aires)-, y ciertamente lo hacen en este estudio con que hoy honra nuestras páginas virtuales. R.D.R.-B.

 

 ACERCA DEL CONCEPTO DE LA PERSONA HUMANA EN LAS IDEAS LIBERTARIAS ARGENTINAS (a partir de un estudio de Juan Suriano), por Mariano Ron

Mariano es un muy joven abogado, y desde hace un tiempo ha encarado, en forma promisoria, la carrera docente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Preocupado visceralmente por las cuestiones sociales, ha elegido el camino de la Historia jurídica, especialmente la de las ideas. En ese campo, por cuyas apasionantes sendas ya comienza a deslizarse, se ubica este breve e interesante trabajo preliminar suyo. R.D.R.-B.

 

RESPONSABILIDADES DERIVADAS DEL EMPLEO DE MATERIAL MÉDICO ACCESORIO ESPURIO, por Ricardo D. Rabinovich-Berkman

 Éste es el texto de la conferencia pronunciada el 27 de mayo del 2003, en el marco del XI Congreso Argentino y III del Cono Sur de Soporte Nutricional y Metabolismo. Lo publicamos a pedido de algunos lectores, y de personas que integraron el auditorio.

 

 

PROYECTO "LIBER LIBERAT"

Bibliotecas para Escuelas del Interior que las Necesiten 

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COMENTARIOS DE LIBROS Y PUBLICACIONES 

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AGENDA DE CONGRESOS, JORNADAS Y REUNIONES CIENTÍFICAS

Escribe Luis Ignacio Galli (Click aquí)  

 

EL SEGUNDO SIMPOSIO SOBRE ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN EN FARMACOLOGÍA CLÍNICA

Fue de altísimo interés esta reunión de trabajo convocada el 19 de mayo del 2003
en la Academia Nacional de Medicina (Buenos Aires), por el Consejo Académico

de Ética en Medicina. Gastón Federico Blasi ofrece un recuento de todas las

riquísimas exposiciones pronunciadas. (Click aquí)

 

IUSHUMORISMO 

Porque no todo es tan serio...

 

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